lunes, 10 de octubre de 2011

SIEMPRE LO VEMOS POR TV....SERÁ?

Montevideo, Uruguay, 13 Marzo de 2011

En unos pocos días, si Dios quiere, cumpliré 63 años. Hoy mi ahijado cumplió 42.

Mi papá hubiera cumplido 89, todos en este mes de Marzo.

Vivo en la capital chica de un país más chico aún.

Aquí todos somos directores técnicos, expertos en la oposición, consumados expertos en poner el palo en la rueda de lo que sea que se nos ponga enfrente.

Confesos quejosos a ultranza.

Para el contexto mundial y mucho más para la región, grises.

No somos blanco ni negro, nunca.

Somos poco participativos pero cumplimos con nuestra obligación de ciudadanos, una vez cada cinco años y después, sólo criticamos.

Esta década empezó fuerte.

En el 2010 asistimos por TV a lo peor que le pasó al pueblo haitiano.

Luego al chileno.

Ahorita, seguimos viendo por TV lo que ha pasado en Japón.

Y cuán distintas son las situaciones, ante la misma magnitud de la catástrofe.

Haití, dentro de su absoluta pobreza, quedó en pedazos y en el suelo.

Dejado de la mano, no de Dios. Dejado de la mano de la bendita comunidad internacional.

Recuerdo claramente los fabulosos ofrecimientos de ayuda. Y en medio del desastre, de mi parte, cierta tranquilidad.

Por una vez en la historia las Naciones se volverían Unidas para ayudar a una población en la indigencia. De por vida y por el terremoto.

Asistí dolorida y asombrada a la dilatación de la entrega de esa ayuda.

Ví horrorizada cómo llegaban los aviones cargados de alimentos y medicamentos y ví como quedaban en las pistas, sin que esa ayuda se pudiera efectivizar

Quienes estaban al frente del operativo...? nuestros mayores hermanos del Norte, expertos éllos también en ponerle más de un palo a la rueda de la vida.

Mi país chiquito mandó 4 Upa (unidades potabilizadoras de agua). Para mi tranquilidad, fueron puestas en funcionamiento.

A un año del terremoto en Haití llegó un convidado de piedra, pero previsible.

El cólera.

Y lo que no destruyó el movimiento telúrico, se lo llevó la enterocolitis.

Y seguimos viendo por televisión.

Chile, acá nomás, cruzando la cordillera, siempre estuvo más armado y con condiciones económicas bien diferentes.

Y sé que la ayuda siempre es poca. Pero el gobierno estaba más armado frente a una situación de ese porte, aunque hoy día la señora Ballelet enfrente un juicio por no avisar a tiempo del tsunami.

Chile vió enterrados a 33 mineros emblemáticos, también.

Y también lo vimos por Tv.

Y vimos cómo los sacaban uno a uno.

Y ahora Japón.

Una de las primeras potencias mundiales.

Un pueblo que sufrió, como experimento, la bomba atómica pero que instaló en su superficie 51 centrales nucleares.

Una nación que se levantó de la nada y que trabajó sábados y domingos mientras nosotros comíamos un asado en familia y con amigos.

Un pueblo que ha sufrido uno de los índices más altos de suicidios y de locura.

Pero con seguridad, un pueblo que antepuso el consumismo a años de cultura
por más que en las fábricas todos hagan tai chi en horario especial para desestresarse.

Veía, también por televisión, a un chico o a una muchacha, no supe bien quién era, al momento de salvarlo, celular en mano, filmando.

Y creo que esa imagen me revolvió las tripas.

Porque entre otras cosas son los niños africanos los que trabajan en las minas para después morir sacando el elemento fundamental de tantos de éstos aparatitos nuevos. Sin los cuales la vida no es vida...parecería....

Cuando yo era chica, en una niñez maravillosa, en mi casa no había energía eléctrica.


Obviamente no estoy en contra del progreso. Sí estoy definitivamente en contra de la depredación que hemos hecho y seguimos haciendo los humanos...

Y no pienso en castigos divinos porque estoy muy cierta que Nuestro Padre nos perdona, a todos.

Japón no ha respetado muchas de las leyes internacionales. Japón ha matado indiscriminadamente a las ballenas, un pueblo hermoso y amado que nos ha mandado señales de todo tipo pero que no hemos sabido ver, mucho menos interpretar.

Japón tiene los más bellos cerezos en flor del mundo. Tiene la nieve y tiene el Sol.

Tiene una cultura milenaria....tanto, que nosotros festejamos este año el Bicentenario de mi Patria....doscientos años...una nada en el tiempo de nuestra Tierra, y nos parece una maravilla...qué será para éllos llevar a hombros toda esa cultura?

Y hoy se tambalean las bolsas de Wall Street. Así como ayer veíamos, por televisión, cómo se tambaleaban los rascacielos en Japón.

Pero hoy, el tema excede el terremoto y el tsunami puntuales.

Hoy no hay Norte ni Sur. Ni Pacífico ni Atlántico.

Hoy el mundo enfrenta una emergencia nuclear.

Aún y así, los informativos de la Tv, insisten en que ha habido 1000 muertos.

Y entonces...ese pueblo que tenía 17.000 habitantes, de los cuales han reportado a 7.500...dónde está el resto?

Parecería que el periodismo verdadero no existe. Pero qué digo...claro que no existe!

Si existiera y estuviera comprometido con la gente, no informarían lo que informan...no nos instarían a vacunarnos...no pedirían a las mamás que llevaran a sus niñas a vacunarse contra el cáncer de útero...no apañarían todas las iniquidades que unos pocos realizan en contra de unos muchísimos.

Y hoy no temblaría, sin terremoto, todo lo que tiembla.

Mucho menos, todo lo que amenaza con caerse definitivamente.

Porque ya no sirve más.

No soy apocalíptica. Soy optimista.

Una nueva era llegará a la Tierra. Lo que sí sé cierto es que no todos estaremos aquí para verla.

Y lo mejor será para cada uno, volver a su interior. Tratar de encontrar allí nuestra verdadera esencia.

Relacionarnos con nuestros hermanos, sean humanos, animales, vegetales, minerales....cualquiera cosa viva aún aquí, de la misma forma en que nos relacionamos con nuestra madre.

La que la Naturaleza nos dió, con ese amor incondicional e incomparable,
y la que tenemos todos, esta Madre Tierra que nos ha acompañado y aceptado con lo que tenemos de bueno y de malo...como nuestra verdadera madre.

Honremos la vida y estemos preparados...ya vamos viendo que nada será igual.

Aunque lo veamos por Tv.

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