lunes, 29 de agosto de 2011

UNA NUEVA NOCHE DE LA NOSTALGIA HA PASADO...Y...

Viene al blog lo escrito acerca de ella el año pasado

Y es así.

Esa noche llama a los nostalgiosos, y se van, solos o acompañados a encontrarse con los recuerdos.

Esto lleva ya muchos años, muchísimos...! Y es un fenómeno en mi lugar, pero vienen de otros países para vivir esta experiencia. Será?

Lo extraño es que no se van los cincuentones...los que de alguna manera u otra tenemos algo...para recordar! Deliciosa Deborah Kerr...

No....se van todos! Los muy grandes y los muchachos...los que con seguridad podrían llegar a desmayarse de la risa de las cosas que "nosotros" recordamos!

Y entonces mi pregunta es....de qué sienten nostalgia éllos?

Nunca supieron de ir a bailar sin tener que involucrarse...nunca nadie les ha contado que éramos amigos del alma y que no había alcohol ni sexo....simplemente estábamos juntos y nos divertíamos y... la cama era algo que existía en nuestras casas, personal e intransferible!

La pasta base no existía y nuestras maratones eran físicas...moríamos bailando rock o twist.... qué angelitos! Y las más gorditas nos poníamos en línea por bailar y no por consumir... Y los más gorditos también...

Tampoco se consumían MARCAS....los vaqueros eran Far West, gruesos y forrados como de franela a cuadritos....los tennis....ji....eran los sencillos championes Pampero ....claro...campeones siempre fuimos nosotros...we always were the champions.... (Queen dix) pero las zapatillas de yute....que por ahí ahora quedan bien para tomar mate en la Rambla...era lo que calzábamos sin cuestionarnos nada. Y si tenían "bigotes"...bueno....a joderse hermano...se te habían gastado...y tener unas nuevas....costaba un Perú!!!!!

Hoy, por festejar, tal vez algo que nunca se conoció....se quedan vidas hermosas encerradas en un auto destrozado...

Mañana...y mi Padre Supremo querrá que no pase..algún muchacho jóven se va de esta vida recordando.....qué?

Tal vez sea solamente cumpliendo su contrato de vida en este plano.

Pero nostalgia...no sé si se vale recordar las nostalgias del pasado, yo, que tanto escribo acerca de él.

Los grandes, los papás de ahora e incluso los abuelos...tenemos recuerdos de un lugar en donde hemos vivido, crecido y madurado ...bien diferente al de hoy.

Y en todo caso, administrar esa nostalgia sería intentar devolver a los más jóvenes todas las ilusiones que nosotros tuvimos.. Y de alguna manera, una realidad que ya no tienen..que se fue en el tiempo, y que está para rescatar....ahí, a la vuelta de esquina...o bien a la mano de cada uno...porque por más que digamos que no, los valores siempre son los mismos y siempre están.

Sé que no tengo nostalgia...tengo buenos recuerdos compartidos...viví, cuando jóven, en la total inconciencia y en la cruda realidad de un país desvastado por fuerzas que hoy se caen a pedazos...
Todo va y viene....y siempre recuerdo a mi padre cuando me dijo...todo pasa...

Y he comprendido que sí...que todo pasa....que el peor momento pasa y se va para atrás, pero que también....el mejor pasa y se va a su lugar....que también es atrás...es el pasado...

Me gustaría que pudiéramos vivir este HOY, que cada uno de nosotros tenemos.

Con poco o con mucho, pero con lo que realmente somos, cada uno de nosotros.

Todos tenemos lo que aportar, desde lo más simple a lo más elaborado. Pero desde nuestra verdadera esencia.

Y entonces, esta Noche de la Nostalgia, que aquí celebramos como si fuera el nacimiento de nuestra Patria, sea una noche de encuentro, de alegría, de sencillez, de toma de conciencia...sin agresiones...sin dolores...y si hay copas, que las comparto, no sean definitorias de una mala Vida o una peor Muerte....que si te las tomas...no manejes...y si pinta caminar...véte a tu casa caminando y refrescándote...el amanecer será una buena compañía....!

Porque aunque el 25 esté nublado....el Sol siempre está!!!


NOCHE DE LA NOSTALGIA
24 DE AGOSTO DE CADA AÑO
AQUÍ,
EN MONTEVIDEO,
EN URUGUAY

jueves, 18 de agosto de 2011

FIEL


Había una vez....una nena muy linda con unos papás muy jóvenes y lindos también.

Ellos se habían ido, cerca de Montevideo, pero a vivir en un lugar donde se criaban aves....y allí había más gente... una abuela, la Sombra, y el Fiel...

La nena era muy chiquita. Y pasaba sus días con sus papás y con sus abuelos, que vivían en La Capital....muchas veces la llevaban a quedarse con éllos. Pero la primera de todas....hizo historia.

La nena, de día, no tenía ningún problema. Pero tal vez la oscuridad de la noche la llevaba a querer estar abrazada a sus amores...y no es que los abuelos no lo fueran. Pero hay amores y amores, y todos lo sabemos.

Esa primera vez, a la noche, todo se complicó. Y mi querida abuela y mi tía arremetieron contra esa oscuridad...exactamente 57 años atrás, cuando nada de lo que hoy abunda y nos excede, existía...y tomarse varios omnibuses a horas destempladas....y bajarse en lugares oscuros y casi desconocidos.....con exactitud, para éllas....que para la niña del cuento, no.

 Y caminar a oscuras, sabiendo el camino pero sin verlo...y escuchar a ese gorgojo, que era nada....hacer el ruido que se hace cuando hay un caballo en la cercanía...y el caballo respondiendo...resoplando, por lo bajo..pero conociendo muy bien quién estaba en esa oscuridad......y dándole la seguridad que necesitaba.
Así siempre fue Sombra.

Nuestra hermosa yegua blanca.

Así llegué una madrugada a la casa de mis padres y mía, siendo casi un bebé. Años después, cuando Sombra se fue, un dolor profundo me atravesó el pecho, buscando culpables. Mi abuelo lo fue, pero pasando el tiempo pude perdonar su error.

Allí siempre estuvo el... Fiel. Un hermoso animal, ovejero, medio petiso y muy lanudo. De él no tengo recuerdos en esa casa...sólo los que me trasmiten las fotos....en que soy muy bajita y él demasiado grande...pero siguió con nosotros muchos años más...

Y sus historias.....era tan loco que corría a los autos....en una época, en que para que pasara un auto por la ruta...pasaban horas..pero él los corría...y así, lógicamente, una vez, uno le golpeó la cabeza....fue perdiendo el oído, pero no esa furia por las cosas que se movían sobre cuatro ruedas....

Una noche....ya en la avícola....estábamos muchos en la casa...los de la casa propiamente, pero además unos tíos y mi prima. Esa noche nos acostamos tarde....eran días de visitas que se disfrutaban en medio de la nada....no había luz eléctrica...no había radio...ni que decir, televisión.

Y en medio de la noche, muy tarde, Fiel ladrando desesperado en la ventana de mis padres. En uno de los criaderos, una campana madre se había prendido fuego y con ese fuego, los pollitos, algo de las instalaciones.....allá salieron los hombres de la casa enloquecidos por apagar ese fuego que se llevaba vidas y maderas.
Ese animal noble sabía cuando debía anunciar lo que pasaba...Y al otro día casi no nos animábamos a pasar frente al enorme gallinero.
El olor que aún había anunciaba a las claras lo que había pasado. Y para mi prima y para mí, era una aventura irrepetible.

Siempre fue el rey de la casa. Siempre fue respetado, aún y cuando había otros perros.

Es increíble, pero con la memoria fresca que aún conservo de esos años, no recuerdo el día que partió para no volver.

 Pero creo que es mejor así.
 Fue el primer animal cercano que me enseñó que no sólo reaccionan ante la mano que les da la comida.

 El era de nuestra familia y así se comportaba. Y bien que sabía lo que para todos significaba.

Fue nuestra primera sombra.

Que nunca se confundió con Sombra.

 Ese hermoso animal, poderoso y suave como la mano de mamá, que puntualmente, también nos abandonó.

lunes, 15 de agosto de 2011

LA ESPERA

Cumplimos todos...
Nuestro amigo fotógrafo, nuestro querido "Macho" Rivero
nuestros losones, para que sepan que era verdad lo que contaba,
nuestro querido Congo, que fue ese perrito muñeca con el que jugábamos
y cumplí yo
porque pude encontrar este documento imborrable en mi vida
Doy gracias a la vida, porque
como ven,
sí me ha dado tanto.....

CONGO


A veces me resulta difícil bucear en los recuerdos, encontrando a esos animales que siempre estuvieron presentes en mi familia y en mi casa.

CONGO, con ese nombre corto pero contundente, nació en casa. No me acuerdo quién fue su madre, pero de chiquito lo usábamos de muñeca para jugar. Y allá andaba el Congo envuelto en rebozos y trapos, inquieto ante nuestra intención de hacerle "nono".

 Obviamente, él no quería dormir.

Pero eso nunca nos importó demasiado....lo acunábamos como a un bebé de verdad.

Esos eran nuestros juguetes más queridos. Y siempre sufrieron nuestros instintos maternales con estoicidad.

Negro, gordito, con el pelo bien corto. Algo tenía de marrón también.

Mi casa estaba cercada de tierra y de pasto. Pero delante de la puerta principal había unos losones de mármol que nunca supe cómo llegaron ni cuál fue su destino final.

La gente jóven de la casa, esto es, mi papá, mi mamá, mi padrino y mi tía tenían en Montevideo, unos vecinos, amigos y jóvenes también.

Ellos iban algún domingo a pasar con nosotros.

El "Macho" Rivero era uno de esos amigos. Era fotógrafo. E infinidad de esas fotos pequeñitas, en blanco y negro que documentan todo ese tiempo, fueron sacadas por él.

El Macho y el Congo quedaron para siempre unidos.

Una foto de este perro, en la puerta de casa, frente a esos losones y tomada desde atrás, ganó una bienal en Sao Paulo.

Se llamaba "La espera".

Pasando el tiempo, un día, caminando por 18, veo en una Óptica esa foto inconfundible. Un poster en una pared tenía al querido Congo en aquel momento mágico de mi niñez.

Y fueron tantos los sentimientos entrelazados, tanta la euforia y tanta la timidez, que seguí mi camino sin preguntar. Y fue tanto, luego, el arrepentimiento.

La Óptica ya no estaba en ese lugar y con su desaparición, desapareció esa matriz que quedó para siempre en mis retinas y en mi corazón.

Por algún lugar, anda, familia previsora ésta en rescatar pasados, un artículo de "El País" amarillento por el paso de los años. Allí todos los créditos para nuestro amigo fotógrafo y para nuestro querido perro-muñeca.


No sé si está entre papeles viejos de mi padre o si mi mamá la conserva. Me comprometo ante mí a buscarla definitivamente y a tenerla como un recordatorio de esos tiempos ya lejanos pero que tuve el placer de vivir en la completa libertad que nos daba el campo.-

MORENA

Pleno verano. Un calor arrasante, al menos para mí, que soy mujer de invierno.

En la casa de mi mamá estaba Diana. Una barbilla gris y blanca, grande, muy tierna, que había tenido la joven edad. Eso le trajo secuelas. A veces raptos de epilepsia. Y allá mi mamá le agarraba una pata mientras se le pasaba...la consolaba.

Duraba un ratito la garrotera.

Diana se ponía dura en el piso y temblaba, acompañada por mi mamá que le daba todo el cariño necesario como para que no sintiera miedo. Y al ratito, se levantaba...lamía su mano...y aquí no ha pasado nada.

Otra de las secuelas, era que nunca había quedado preñada, a pesar de sus seis años de vida. No se levantaba en celo. Y así, todos contentos. Mi mamá, principalmente....

En Enero de algún año anterior, en una de esas noches de ensueño, de cumpleaños, de amigos, de parrilla y tragos, de risas...apareció en mi casa un perro andrajoso. Era cachorro...pero blanco de sarna...finito todo él...con un hambre feroz y unas ganas de aquerenciarse como nadie. El tipo dijo..ésta será mi casa....estas gentes, mi familia...y consiguió meterse en un lugar inaccesible, donde, o se lo alimentaba, o moría, con el consiguiente lío familiar. Y allí se quedó.

Nuevamente, mi mamá lo curó. Y aquel perro espantoso, lastimoso, malo como ninguno, se transformó en un animal espléndido...negro, renegrido...con su pelo largo y sano...y un ansia familiar como ningún bicho que habitó nuestra casa.

Fue ese "Negro"...porque así se llama, quien logró vencer las secuelas de Diana. Y mi mamá, siempre atenta, nos advirtió...."Diana tiene perritos"...la risa fue generalizada, mucho más en mi ahijada, la verdadera ama de Diana, que comunicó alegremente que "Diana" tenía un "embarazo psicológico"....

El 31 de Enero se develó el misterio. Y Diana tuvo a sus seis cachorros. 3 machos y 3 hembras. Y en medio de aquel perrerío, ésta, era una pelotita negra....con apenas manchas marrones en su cara...redonda y dulce....la más gordita. Creo que fue amor a primera vista. Nunca había tenido a "mi perro"....siempre compartí los perros familiares, que al cabo del tiempo, fueron muchos y todos queridos.

Pero aquella cosita..casi nada...me cautivó desde el vamos. Y allá vinieron las reuniones familiares y los pedidos de permiso. Yo vivo sola y ella se confinaría de alguna manera a otro tipo de soledad....la que tiene cuando yo no estoy, viviendo en un departamento. Con paredes altas y nada de campo.

Podría haber sido peor. Toda la libertad y nada de amor.

Y así, un día, la traje para casa. Todavía chiquita. Extrañando a morir, aunque ya sus hermanos habían partido cada uno a su destino y a sus amos.

Desde ese momento vivimos juntas. Pero igual que cuando un niño se porta mal y no podemos devolverlo porque es nuestro...así me ha pasado. Así me he sentido en cada uno de los líos que ha armando aquí. Y no han sido pocos.!!!!!!!!

Y así se fueron yendo zapatillas, almohadones, sillones de mimbre, zandalias de cuero, discos, casettes enredados en sus cintas, diarios y revistas...todo...lo que más o menos quedó al alcance de su inmadurez y soledad.

Ella duerme debajo de mi cama en verano.

Ahora es invierno y se para en la piecera, como pidiendo permiso muchas veces y otras, tremenda desfachatada...subiéndose suave y lentamente...como zambuyéndose en ese lugar cálido y privado..y no hay forma ni manera de resistirse.

Y sentirla respirar antes de dormirse...con esa respiración profunda que retumba en la habitación...como diciendo...estoy tranquila...aquí..contigo...en paz...y cuidada y amada. Y siento que siente lo que yo antes sentí. Sin discusiones acerca de su irracionalidad. Porque cuando yo lo sentí, si bien era humano, no era aún racional. Sólo sensaciones y sentimientos.

Yo sentí esa seguridad que da el amor de los padres. Yo me dormí tranquila en medio de la oscuridad sólo porque éllos estaban cerca.

Y a veces siento eso. Que a ella, faltándole la libertad, y el aire, y el campo para recorrer, tiene el amor que la ancla a mi lado. Y sé que soy una mano dura, que condena, pero tierna.. que perdona...y a ambas manos.. ella lame con amor.

31 de Enero de 2003

31 de Enero de 2013 - 29 de Agosto de 2014
Morena descansa en paz.
Se ha ido mi compañera de tantas horas y en su partida ha sido tan generosa que si bien me hace pasar por este dolor, evitó que la pusieran a dormir. Se puso a dormir sola. Verla salir como un bólido desde adentro de mi cuarto y pensar que quería salir al patio fue todo uno, pero no...ella se acostó a mi lado, paralela al sillón donde yo estaba, tal vez recordando las tantísimas veces que al estar así, sentada, fumando un cigarrillo, tomando un whisky, pasando mi mano por su pelo negro, dije que eso era la felicidad. Y hoy también lo fue, en este maravilloso regalo que me ha hecho, dejándome sin culpa aunque sé que mi decisión era correcta porque no es justo tanto sufrimiento.
En un cielo diferente sé que hay otro ángel que vela por mí.
Gracias mi perra loca, con eterno complejo de cachorro, con sus ladridos escandalosos avisando cualquier cosa que sonara...timbre, teléfono o celular.....también los pajaritos..gracias por tu compañía y el amor incondicional
Ojalá pudiera tener de mucha gente el inigualable recuerdo que tengo de ella....y que mucha gente se hubiera ganado el intransferible lugar en mi corazón que ella se ganó.....ya nos encontraremos de nuevo Morenonga de mi corazón y será para siempre.

(Mi sombra más cercana me ha abandonado)


domingo, 14 de agosto de 2011

EL TAJAMAR


En la Avícola se hicieron tres gallineros enormes, dos donde estaban las ponedoras y un tercero, que era la recría.

A ese último se traían los pollitos bebé que nacían en la incubadora que teníamos en la casa de unos amigos, tocayos de apellido.

En medio de los dos primeros, se construyó un tajamar grande también.

Era el agua asegurada para todas las aves y una más de nuestras pistas de "actividades".

Con el pasar del tiempo el tajamar perdió su profundidad, así como sus bordes, y ya nos fue mucho más cotideano y mucho menos peligroso.

Cuando aún nos estaba vedado, era una maravilla ver en pleno invierno los lozones que empezaban a boyar cuando despuntaba el día. Las heladas eran rigurosas y con seguridad no iban a perdonar a toda esa extensión de agua. Y allí nos quedábamos extasiadas en esos cubos grandotes que se movían más que nada si se metía un balde. Igual nos las ingeníabamos para moverlos.

No había palo largo que no terminara metido en el bendito tajamar ayudándonos en la tarea de mover lo que con el paso de las horas desaparecía.

Otra época que nos reunía irremediablemente a su alrededor era cuando llegaban los sapos a poner sus huevos. Eran grandes aquellos sapos pero siempre se comportaron fantástico con nosotras. Nunca los dejamos tranquilos al hacer el amor y con seguridad sería porque no sabíamos lo que significaba.

El sapo macho montaba a la hembra y se sujetaba con todas sus patas. Despegarlos fue imposible, aunque siempre lo intentamos. Y cada invierno que llegaba nos encontraba afanadas en lo que nunca pudimos lograr.

Ahí aparecía de nuevo el palo para remover todo lo profundo que podíamos y sacar enroscados en él, finos y gelatinosos hilos transparentes, repletos de huevitos rojizos.

Pasando un poco de tiempo y ya casi en el verano, cuando había partes del tajamar que se secaban o simplemente eran un lodo oscuro y revuelto, veíamos a los sapitos, perfectos y chiquitos, animarse a salir a tierra firme.

Allí nunca vimos renacuajos. El agua era definitivamente marrón. Sí los disfrutábamos, ya estando en nuestra chacra y adentro de un piletón a donde iban a parar esos huevos que se metamorfoseaban al pasar de los días, transparentes al principio, ya luego más oscuros y definitivamente maravillosos cuando podíamos pescar alguno, ponerlo en algo claro y ver la vida que había en él. Esperábamos con ansia la incipiente cola, la aparición de unos pelitos que serían luego las patas... y así siempre metidas casi de cabeza en ese piletón que vino a cerrar el círculo que abrió nuestro tajamar en nuestras vidas.

El tajamar tenía su correspondiente puente, cosa que facilitaba sacar el agua, tal y como lo ven la foto. Era una aventura subirse a él, pero siempre con alguno de mis abuelos, o mis padres o mi padrino.

También, con el pasar del tiempo ese puente se rompió y sólo quedaron los palos que lo aseguran a tierra.

Ya más grandecitas, y con el tajamar perdiendo su antigua prestancia, nos animábamos a meternos. Y toda ocasión era buena para descalzarnos y meter toda la pollera del vestido en las piernas de la bombacha y mandarnos a caminar en ese fondo fangoso del cual era dificultoso levantar los pies.

Nunca se nos ocurrió largarnos a nadar....gracias a Dios!!!!

Sí recuerdo con gran alegría cuando mi papá nos paseaba a mi prima y a mí dentro de un cajón, como si fuera un barquito. Salir de allí era una agonía, pero llegaba ese momento y no había discusión.
También recuerdo el día en que, la que hoy es mi comadre, entró muy decidida a hacer equilibrio en los palos que sostenían al puentecito, que ya no existía.

Con total resolución calzó uno de los pies en uno de los palos, tomó impulso como para levantarse del agua y calzar el otro para poder balancearse a gusto, cuando escuchamos el irremediable "crack".

Y rápidamente los palos y ella quedaron debajo del agua. Éllos definitivamente quebrados ya para siempre, y ella con su vanidad quebrada: la magnífica prueba que nos había preparado se estrelló contra los palos rotos.

Tuvimos que sacarla del agua, asustada y marrón, como un bombón gigante y desesperar ya ni sé por cuál vez a mi mamá, que era la que siempre terminaba arreglando los desaguisados perpetrados en patota. Pero mi amiga se fue muy contenta a su casa, pues mientras su ropa quedaba en casa para ver si podía nuevamente volver a ser blanca, llevaba uno de mis vestidos que le gustaba mucho.

Y así pasábamos los días, haciendo de ese lugar nuestro punto de encuentro. Era siempre buen momento, para ponernos panza al suelo, estiradas en el borde del tajamar, las caras apoyadas en las manos imaginando una nueva diablura, viendo a la gente de la casa dar de beber a las aves, locas de alegría cuando alguna pata que no se asustaba fácilmente, nos ignoraba, y se metía con su cría a nadar tranquilamente y a encontrar bichitos.

Y aunque parezca contradictorio, el tajamar siempre fue como nuestro fogón...siempre anduvimos a su alrededor, sintiendo claramente el calor de toda la vida que él significaba.

lunes, 8 de agosto de 2011

VOLVER A EMPEZAR

Así me siento....empezando de nuevo en esto que me gusta tanto.
Obviamente, estoy probando....será bueno agregar cada día algo
nuevo o algo viejo, no importa...pero sumar