Al cabo de los años, recurrentemente,
ese cuento me ha rondado y muchas veces intenté reproducirlo sin poder
lograrlo.
Mi abuela Teodora, la dulce abuela
que crió a mi mamá, lo contaba.
Y el otro día hablaba con mi mamá del
cuento y ninguna de las dos se acordaba realmente cómo era.
En realidad , son los deberes que a
diario trato de ponerle a mi madre. Para que regrese, bucee dentro de sí misma,
recuerde….es decir, siga con la vida que todo lo tiene.
Porque este presente
sin aquel pasado, no existiría.
Pero siento que el futuro, sin este
presente, tampoco será.
Y al cabo de un día o dos mi madre me
dijo….sabés cómo era el cuento del oso?
No mamá, no me acuerdo…..y ella me lo
volvió a contar y para ya no perderlo lo pongo en letras.
“Eran dos niños caminando por un
bosque. En determinado momento apareció un oso enorme y uno de ellos logró
subirse a un árbol, dejando a su compañero abajo,
lacerado por el miedo.
El niño que quedó sin protección se
tiró al suelo. Quietito, sin moverse, se
hizo…el muerto.
El que estaba en el árbol, a salvo,
vio cuando el oso se le acercó y empezó a husmearlo.
El del suelo, como si estuviera
verdaderamente muerto, más que quieto.
El oso se cansó…olió un poco más y se
marchó.
Rápidamente el niño que estaba en el
árbol bajó y le preguntó:
Qué te dijo el oso al oído?
Y el niño le contestó:… me dijo que
el que abandona a un amigo en peligro es un cobarde!”
Nuevamente aprendí la lección que
este bello cuentito me había enseñado cuando yo era también una niña y mi mamá
era una mujer muy joven.
Y me sigue pareciendo increíble los
mensajes que nos dejan los humanos que nos rodean.
Mi querida abuela Teodora le legó a
mi mamá este cuento y ella lo recordó para mí sólo por darme felicidad y para
no dejarme olvidar ninguno de los valores que mis padres me dieron.
Las pérdidas a veces, no nos dejan
dolor. Sólo tristeza.
Esta vez tengo de las dos.
Pero como mi papá me dijo…..todo pasa, sé que este dolor profundo y esta
tristeza infinita también pasarán.
Y sé que volveré muchas veces a este
oso que tanto me ha enseñado.
Y sé que llegará el momento de
recordarlo sin ponerme a llorar.
Hoy, 28 de Abril de 2014 y después de no haber llamado a Sol, ayer, por su cumpleaños, me cuenta, que este cuentito ha recibido el segundo premio en un concurso literario en Buenos Aires.
ResponderEliminarDebió subir al escenario a leerlo y me cuentan ella y su mamá, que la han aplaudido mucho.
Una caricia para mi alma.
Un mimo para mi corazón un poco cansado de tantas cosas que no hubiera querido vivir.
Y una alegría grande. Al saber que puedo transcribir en palabras emociones comunes, sentimientos a veces,olvidados y la certeza de que todos reaccionamos al amor.
Yo lo tuve a manos llenas. De él, me nutro. Y de alguna manera pretendo que lo sientan quienes me conocen.
No pasa así, pero, igual estoy feliz. Porque escribir me vuelve ligera, me tranquiliza y me da mucha paz.
Gracias a todos, sobre todo, a mis hermanos argentinos, que d alguna manera sienten que lo que expreso se puede registrar al mejor nivel humano.
Gracias Sol, gracias Beba....son mis representantes allí y nadie mejr que ustdes.